LACTANCIA MATERNA 

vs 

LACTANCIA ARTIFICIAL

Durante el embarazo estaba concienciada que sería una súper mamá que daría el pecho a mis hijos hasta que el cuerpo decidiera basta y que todo sería perfecto. Y este fue el gran error. Mi gran error. Pensar que todo sería tan perfecto.

Yo, que quería LME (lactancia materna exclusiva), que pensaba que eso de dar el pecho era lo más fácil del mundo y que podría hacerlo en tándem se vino a bajo cuando parí.

Y es que, señoras y señores, cuando empecé no fue tan fácil como me lo imaginaba y lo había visto en internet (cuanto daño hace internet grrrrr).

Empezaron mis problemas:

- Pezón izquierdo hundido y pezón derecho plano. Conclusión: utiliza pezoneras (como las llegué a odiar!!!).

- El calostro llegó a tardar aparecer 6 días!!!! Los 6 días que estuve en el hospital tan solo apareció el último!!! Fue llegar a casa (se fueron los nervios, los lloros por culpa de las enfermeras y la ansiedad por tener que pedir biberones y sentirme culpable) y apareció! La leche tardó en subir 10 días! Y las cantidades eran mínimas (y mira que me ponía los bebés todo el rato en el pecho y el sacaleches también).

- Mucha teta, poca leche. Y sí, todo el día muñiendo para sacar miserias de leche...

Quizás fui yo que tenía que haber aprendido más. O tenía que haber leído más. O haber preguntado más a las enfermeras (ojalá hubieran sido más simpáticas y hubieran tenido más tiempo para enseñarme -maldita seguridad social-). O quizás tenía que haber sido más constante. O más insistente... pero todo lo planeado y deseado no fue así.

Total, que visto lo visto, desde el minuto 0 tuvimos que ayudar con leche artificial (Nidina 1).

Pasadas un par de semanas, decidí que por la noche les daría solo leche artificial porque era insoportable (por no decir esclavitud) pasarme dos horas y medía dando pecho a dos niños y que se quedaran con hambre. Además, luego solo dormía media hora!

Así que, empecé a sacarme leche y dársela con biberón porque la pezonera era mi mayor enemiga. No se colocaba bien. se caía, la perdía, los peques no succionaban bien... Y así hasta que, pasados dos meses, no sé si porqué el cansancio pudo conmigo y empecé a disminuir la frecuencia de sacarme leche, o porque el cuerpo no podía más, que mi leche fue disminuyendo hasta llegar a mínimos. Y fue entonces (a los dos meses, dos meses y pico) que pasamos a darles leche artificial exclusivamente.

Fue duro. La gente te dice que no pasa nada, que no por eso serás peor madre, que seguirás siendo la mejor mamá. Pero tu te sientes con rabia e impotencia. Y jode, jode mucho (perdón!). Pero pasado el tiempo ves que tus hijos crecen sanso y grandotes (muuuy grandotes) y que lo haces todo con tanto amor por y para ellos que te olvidas de si han crecido y crecen con o sin teta. La cuestión es que crezcan.

Así que, viva la teta y viva el biberón!

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